Sonoro el nombre del artista ¿eh? Yo lo conocí gracias (como no) a Andrés Calamaro, que en su disco "El Cantante" versionaba una canción del cantor, "El arriero".
No son canciones alegres, ni bailarinas, ni siquiera conocidas. Son populares en todo el sentido de la palabra: son canciones del pueblo humilde latinoamericano, del pampero, el gaucho o el indígena de los Andes gritando su vida al viento, acompañado solo de una guitarra.
Ya dijimos que excepto grandes horteradas, en Morocha habría sitio para todo. Y no se puede hablar de música latinoamericana si no se conoce un poco a uno de los cantautores más queridos y respetados del hemisferio sur, (que también lo fue, por cierto, a esta parte del Atlántico Norte). Por tanto, aunque no vaya a ser el programa más movido de todos, el del lunes será un programa tremendamente importante.
Si estás algo saturado (como yo a veces) de tanta historia sobre dramas de la gran ciudad, sobre la vida de barrios bajos y suburbios, y de vez en cuando echas de menos que alguien cuente como es esa vida que aún sobrevive, la hecha de arena y lluvia, de azadas, hogueras, mantas gruesas y apego a la tierra, que es la rural, el del próximo lunes, con Atahualpa Yupanqui, será tu programa.
Para vos, Morocha.
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